¿Cómo puede el cannabis tratar el insomnio?

¿Puede el cannabis ser un tratamiento para el insomnio? El insomnio es un problema tan común que mucha gente se encoge de hombros y sigue adelante. No es de extrañar, ya que llevamos una vida muy ajetreada y a veces dormir más de 6 horas puede parecer un lujo. Sin embargo, en EE.UU., entre el 10% y el 30% de los adultos pueden desarrollar insomnio, y hasta la mitad de los adultos de EE.UU. pueden esperar experimentar insomnio (es decir, dificultad para conciliar el sueño o dificultad para dormir lo suficiente) en un año determinado. Dado que el insomnio puede ser un signo o síntoma importante de otros problemas subyacentes, como el estrés y la ansiedad, el dolor crónico, el hipertiroidismo, la depresión, etc., el cannabis podría tener un efecto sedante para una serie de afecciones.

¿Cómo funcionan el THC y el CBD para el insomnio?

El tetrahidrocannabinol (THC) induce el sueño, mientras que el cannabidiol (CBD) puede ayudar a una persona a relajarse y combatir la ansiedad (aunque el CBD puede promover la vigilia en pequeñas dosis). El THC en particular puede ser útil para el insomnio debido a dos posibles mecanismos de acción:

1. El THC estimula los receptores CB1 y las neuronas del hipotálamo lateral, inhibiendo el sistema de excitación.

2. El THC aumenta el nivel de adenosina en el cuerpo, lo que favorece el sueño.

Los terpenos como el mirceno, el humuleno y el linalol también pueden inducir el sueño. Sin embargo, en algunas personas, el THC puede provocar una fase inicial de vigilia, seguida de somnolencia. Por lo tanto, un alto nivel de THC por sí solo puede no ser la respuesta para conciliar el sueño, y tener el equilibrio adecuado de THC y terpenoides específicos también puede ser más eficaz para ayudar a una persona a conciliar el sueño. Por favor, consulte nuestra página de información sobre el insomnio para ver más detalles sobre la ciencia detrás de la utilización del cannabis para el insomnio. La nabilona y el dronabinol se han utilizado con éxito para la apnea del sueño.

Los síntomas más comunes del insomnio, que pueden persistir durante semanas o meses, incluyen:

• Dificultad para conciliar el sueño por la noche.
• Incapacidad para encontrar una posición cómoda para dormir.
• Sueño inquieto: despertarse constantemente durante la noche.
• Sueño poco reparador.
• Somnolencia diurna, irritabilidad y ansiedad.
• Apnea del sueño – “pausas” en la respiración durante el sueño, o respiración superficial durante el sueño.

El insomnio, además de ser a veces un signo de otro problema (sólo alrededor del 6% de las personas que lo padecen tienen insomnio que no está relacionado con otro problema de salud subyacente), también puede conducir a otros problemas. Si no se duerme bien, el sistema inmunitario se debilita y se es más propenso a sufrir enfermedades y lesiones. El insomnio también puede agravar problemas preexistentes, como el dolor crónico. Esencialmente, si no se puede dormir bien, no se puede curar adecuadamente. Para que el cerebro y el cuerpo funcionen eficazmente, es necesario dormir. Las personas que trabajan en turnos de noche también son más propensas al insomnio.

¿Cómo se trata el insomnio?

Los tratamientos actuales para el insomnio incluyen la instauración de patrones de sueño regulares, el ejercicio, la exposición a la luz solar, una habitación libre de ruido y luz y la terapia cognitivo-conductual (TCC). También se utilizan remedios herbales como la raíz de valeriana y la manzanilla (a menudo en forma de té caliente). Los somníferos, normalmente a base de benzodiazepinas o barbitúricos, no suelen recomendarse a menos que fallen otros métodos de tratamiento y el insomnio dure más de varias semanas. Las benzodiacepinas y los barbitúricos son adictivos y sólo pueden utilizarse a corto plazo. El uso de benzodiazepinas y barbitúricos a largo plazo puede acabar provocando un peor sueño. Los opiáceos, que a menudo se recetan para el dolor crónico y postoperatorio, también pueden causar importantes trastornos del sueño.

Además, en el caso de las personas que padecen apnea del sueño, el uso de estos fármacos puede agravar esta condición, ya que las benzodiacepinas, los barbitúricos y los opiáceos son supresores del sistema nervioso central. Los antidepresivos también se utilizan para el insomnio, sobre todo si este se basa en la ansiedad. Además, la abstinencia de las benzodiacepinas y los barbitúricos también puede provocar insomnio Esto se debe a que estos fármacos pueden promover el sueño ligero y disminuir la cantidad de tiempo que se pasa en el sueño profundo, ya que son supresores del sueño de movimiento ocular rápido (REM). Se discute si el cannabis actúa de forma similar, pero parece tener una diferencia importante: el cannabis aumenta la cantidad de tiempo que se pasa en el sueño profundo, en lugar del sueño REM o ligero. El sueño profundo es quizás la etapa más importante para la reparación del cuerpo, y no se sabe cuánto tiempo de sueño REM es necesario.

Para aquellos que sufren de pesadillas perturbadoras, esto podría ser realmente un beneficio hasta cierto punto, pero para muchas personas esto puede ser una preocupación, ya que el sueño REM puede resultar tener ventajas cognitivas significativas. Sin embargo, no cabe duda de que el cannabis es generalmente menos adictivo y más tolerable que las benzodiacepinas, los barbitúricos y los opioides. También es importante el hecho de que tales prescripciones vienen con el precio potencial de la sobredosis.

¿Cómo se usa el cannabis para el insomnio?

Lo que funciona para una persona puede funcionar de forma diferente para otra. Sin embargo, sigue habiendo patrones, y parece que un poco de THC combinado con terpenos como el linalol, el mirceno y el humuleno puede ser especialmente eficaz para el insomnio. El pineno y las dosis bajas de limoneno también pueden ayudar.

El CBD puede ayudar en pequeñas dosis hasta cierto punto, y algunos han observado que el CBD favorece el descanso, pero muchos también informan de una sensación de “levantamiento”, “energía” o “nervio” con el CBD, especialmente en dosis altas. También se cree que el cannabinol (CBN), en el que se degrada el THC/THCA con un leve efecto psicoactivo, promueve la somnolencia.

Los terpenoides también parecen marcar la diferencia en el comportamiento del THC y del CBD, y muchas personas sienten los efectos de vigilia de las sativas con alto contenido de THC que también contienen una combinación de una gran cantidad de beta-cariofileno y limoneno. Por supuesto, los cannabinoides tienen efectos bifásicos, lo que significa que pueden tener efectos diferentes en distintas dosis. El tiempo también marca la diferencia, ya que es posible que ciertas proporciones de cannabinoides-terpenoides tengan una sensación de “subida” y energía inicialmente, seguida de una sensación de “bajón” y descanso 1 o 2 horas después.

¿Es la marihuana un buen remedio para dormir?

El cannabis puede aumentar las posibilidades de conciliar el sueño. El CBD puede ser particularmente útil en esta primera etapa del sueño, aunque para algunas personas, el CBD puede realmente promover la vigilia.

La segunda etapa del sueño -el sueño ligero- no se ve muy afectada por el consumo de cannabis, mientras que los medicamentos más recetados, como las benzodiacepinas, aumentan la cantidad de tiempo que se pasa en el sueño ligero. El alcohol tiene un efecto similar. El cannabis puede aumentar la duración del sueño profundo y de los movimientos oculares no rápidos (NREM), pero disminuye la duración del sueño REM.

Es necesario realizar más estudios sobre cómo afecta el cannabis al sueño, ya que hay mucha información contradictoria en este ámbito. El sueño REM (o “estado de sueño”) ciertamente parece servir para el funcionamiento de la mente (y posiblemente para la formación de la memoria muscular), por lo que, a menos que se sufra de pesadillas debilitantes, puede valer la pena “equilibrar” el uso de cannabinoides. Sin embargo, cuando todas las formas no medicadas de tratar el insomnio no funcionan, el cannabis podría ser una apuesta más segura que las benzodiacepinas, los barbitúricos y los opioides, o la automedicación con alcohol – todos los cuales parecen empeorar el insomnio a largo plazo. Esperemos que en el futuro se encuentren respuestas mejores y más completas a través de la investigación científica.

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