¿La hierba hace ganar peso?
La marihuana puede provocar un aumento de peso debido en parte a la capacidad del THC de aumentar la hormona grelina, que estimula el apetito. Este mecanismo confiere a las variedades (cultivares) con alto contenido en THC sus característicos efectos de hambre, conocidos como “munchies“. El THC también amplifica los gustos y sabores a la vez que aumenta el placer, haciendo que comer sea una experiencia más placentera.
Aún así, la hierba en sí no le hace ganar peso. La flor de la marihuana tiene un número insignificante de calorías si se come cruda. Y fumar o vaporizar hierba es una experiencia sin calorías. Además, los consumidores de marihuana tienen un índice de masa corporal más bajo de media que los no fumadores, a pesar de los antojos antes mencionados.
En teoría, un estómago inducido por el THC y unos sentidos agudizados crean la tormenta perfecta para comer en exceso y ganar peso. Pero los datos no concuerdan.
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Marihuana y aumento de peso: Lo que dice la investigación
El comportamiento del THC como inductor del apetito radica en su capacidad para unirse a los receptores endocannabinoides (CB1) en el cerebro, el estómago y el tejido intestinal, lo que lo hace especialmente influyente en la regulación metabólica, el aumento del apetito y el disfrute de la comida. Al unirse a estos receptores, el THC estimula la hormona del hambre, la grelina, al tiempo que aumenta la sensibilidad al olfato y al gusto.
El THC sintético y el hambre
Debido a los mecanismos probados del THC, las empresas farmacéuticas han desarrollado varios fármacos de THC sintético para el aumento de peso clínico. El dronabinol, un fármaco aprobado por la FDA, se diseñó para ayudar a las personas con bajo peso que padecían VIH, trastornos alimentarios y cáncer a aumentar su apetito y su índice de masa corporal. Pero los análisis clínicos no lograron demostrar que el dronabinol sea significativamente más eficaz que los tratamientos alternativos.
Un estudio demostró que el dronabinol presentaba un beneficio modesto frente al placebo en personas con VIH y bajo peso. Otro estudio que comparaba el dronabinol con un estimulador del apetito alternativo (megestrol) descubrió que las personas con cáncer que tomaban megestrol ganaban casi tres veces más peso que los pacientes de THC.
Los antojos y el aumento de peso
La investigación sobre el aumento de peso con marihuana también revela cuestiones de contexto en relación con los “munchies”. Los estudios sobre adultos sanos, por ejemplo, indican que la dosis de THC es un factor significativo en la ingesta calórica. Un análisis conductual descubrió que el consumo de marihuana en dosis bajas no tiene ningún efecto relevante en la ingesta de alimentos, mientras que las dosis más altas se asocian con un aumento de calorías, probablemente debido al picoteo entre comidas.
Aún más desconcertante es el hecho de que los principales estudios epidemiológicos sobre adultos sanos constatan que los consumidores de marihuana tienden a tener índices de masa corporal más bajos que los no consumidores. Un estudio longitudinal de 15 años en el que se comparó a 2.255 personas con antecedentes de consumo de marihuana con 1.365 no fumadores reveló que, aunque los consumidores de marihuana consumían en general más calorías diarias, también pesaban menos.
Un análisis de dos amplios estudios epidemiológicos mostró resultados aún más dramáticos desde el punto de vista estadístico. Los no consumidores experimentaron tasas de obesidad del 22% y el 25,5% en los estudios posteriores, mientras que las tasas de obesidad entre los consumidores de marihuana fueron del 14,3% y el 17,2%.
Estos hallazgos no tienen sentido a primera vista. De hecho, estos hallazgos implican que la hierba puede, de alguna manera, conducir a la pérdida de peso en algunas personas.
¿Puede la hierba causar pérdida de peso?
Desde biológicas hasta conductuales, los científicos tienen varias teorías para explicar la desconcertante asociación de la marihuana con la pérdida de peso:
- El consumo a corto plazo frente al consumo frecuente a largo plazo: El consumo de marihuana estimula inicialmente los receptores CB1, lo que aumenta el apetito mientras se está intoxicado. Pero un metaanálisis reveló que el consumo regular de cannabis a largo plazo en realidad regula a la baja el receptor CB1 durante varias semanas después del consumo. Esta acción dirige al cuerpo para que empiece a reducir el almacenamiento de energía (también conocido como calorías) y a aumentar las tasas metabólicas, lo que potencialmente conduce a la pérdida de peso.
- Consumo general de sustancias: Los consumidores de marihuana son más propensos a abusar del alcohol y otras drogas como sedantes, estimulantes y opiáceos. Los estimulantes, en particular, están asociados con la disminución del apetito y la pérdida de peso.
- Competición de recompensas: Un estudio encontró una relación negativa entre el consumo de marihuana y el índice de masa corporal en mujeres con sobrepeso, lo que significa que las mujeres con un IMC más alto parecían consumir menos marihuana. Los autores teorizaron que esta paradoja se producía porque las drogas y la comida compiten por los mismos centros de recompensa cerebrales. En otras palabras, algunas personas disfrutan más comiendo que colocándose.
- Regulación de amplio espectro: Los datos indican que los individuos de bajo peso tienen más probabilidades de engordar con el consumo crónico a corto plazo que las personas con índices de masa corporal medios o superiores. Los investigadores creen que esta ironía muestra un efecto regulador del peso de “amplio espectro”, en el que el cannabis puede ayudar a los individuos enfermos y delgados a ganar masa corporal, mientras que no afecta a los individuos con un IMC “normal” o superior.
Cómo afectan al peso otros cannabinoides
Los efectos estimulantes del hambre del THC son legendarios. Pero el cannabidiol (CBD), el cannabinoide no psicoactivo más destacado de la marihuana, no tiene el mismo efecto. Otro cannabinoide, el THCV, podría incluso contrarrestar los antojos y reconfigurar el cerebro.
CBD
Un estudio realizado en animales en 2012 descubrió que la exposición al CBD reducía el apetito en las ratas. Unos años más tarde, en 2016, los investigadores encontraron pruebas preclínicas que respaldaban la afirmación. El estudio de 2016 descubrió que el CBD convertía las células de grasa blanca en células de grasa parda. La grasa parda, también conocida como “grasa buena”, es una versión más activa que ayuda al organismo a quemar calorías.
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THCV
El THCV es un cannabinoide menor conocido por sus propiedades energizantes y de clarificación mental. A veces llamado “hierba de dieta”, el THCV puede combatir eficazmente la obesidad suprimiendo el apetito y alterando la conectividad neuronal, lo que conduce a un IMC potencialmente más bajo.
Un artículo prospectivo publicado en Molecular Biology reveló que entre 5 y 7,5 miligramos (mg) de THCV reducían el apetito al inhibir los receptores CB1, y entre 10 y 15 mg ayudaban a regular los niveles de azúcar en sangre.
Otro estudio reveló que los poderes del THCV para perder peso proceden en parte de su capacidad para calmar la red de modos por defecto del cerebro (DMN). Una DMN hiperactiva provoca una rumiación excesiva sobre el pasado y el futuro y se correlaciona con la obesidad. Este estudio aleatorizado a doble ciego demostró que el THCV reducía la tasa de reposo de la DMN al tiempo que aumentaba la conectividad en la red de control cognitivo. Esta acción hace que el THCV sea relevante como medicamento para la obesidad.
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Lo esencial
La relación entre el consumo de marihuana y el aumento de peso es compleja y varía en función del individuo, el peso inicial, la frecuencia de consumo y la dosis de marihuana. Algunos pacientes con bajo peso utilizan la marihuana medicinal y los productos farmacéuticos a base de THC para aumentar su masa corporal con éxito. Otros consumidores de cannabis pierden o mantienen el peso, probablemente debido a diversos factores, como los cambios metabólicos impulsados por el THC, las elecciones dietéticas y el estilo de vida en general.
Además del consumo de marihuana, la genética, la nutrición y los niveles de actividad física desempeñan un papel importante en el aumento o la pérdida de peso.
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