El cannabis y el cáncer colorrectal: Lo que dice la investigación
Artículo escrito por
Dipak HemrajResponsable de Investigación y Educación
El cáncer colorrectal incluye el cáncer que se inicia en el intestino grueso (cáncer de colon) y el que comienza en el recto (cáncer rectal). El cáncer colorrectal también se denomina a veces “cáncer de intestino”. Sin embargo, estos dos tipos de cáncer se agrupan a menudo y presentan síntomas similares (un cambio en las deposiciones, sangre en las heces, pérdida de peso y fatiga), por lo que el lugar donde se inicia el cáncer puede marcar la diferencia en cuanto a los resultados y el tratamiento.
Se prevé que el cáncer colorrectal causará 52.580 muertes en 2022 y es la tercera causa de muerte relacionada con el cáncer en hombres y mujeres en Estados Unidos. En 2017, la tasa de supervivencia a cinco años en EE.UU. se sitúa en torno al 65%. Los hombres y los afroamericanos tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal que los que padecen una enfermedad inflamatoria intestinal (EII) como Crohn o colitis (los hombres y los afroamericanos tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer colorrectal). Otros factores de riesgo son la dieta (especialmente el consumo de demasiada carne roja), la obesidad, la falta de actividad física, el tabaquismo y el consumo de alcohol.
A continuación se ofrece una visión general de lo bien que podría funcionar el cannabis medicinal para el cáncer colorrectal, teniendo en cuenta que esto no es un consejo médico y que es una especulación.
Información clave
Total de estudios = 28
Tipos de estudio = Estudio de laboratorio (18); metaanálisis (6); estudio en animales (4)
Nº de resultados positivos = 26
Nº de resultados no concluyentes = 2
Nº de resultados negativos = 0
Compuestos de cannabis de interés
Cannabinoides: THC, CBD, CBG, THCA, CBDA, CBGA
Terpenos: Limoneno, pineno, beta-cariofileno, geraniol y muchos otros muestran propiedades anticancerígenas en estudios de laboratorio
Flavonoides: Quercetina, apigenina
Puntos a favor
- Un gran número de resultados positivos de los estudios actuales.
- El endocannabinoide, anandamida, inhibió el crecimiento de las células de cáncer colorrectal en estudios de laboratorio.
- Los pacientes con cáncer colorrectal muestran niveles alterados de endocannabinoides y ceramidas
- En un estudio con ratones, el aumento de los niveles de endocannabinoides redujo el desarrollo de lesiones precancerosas en el colon.
- El cannabis está lleno de compuestos que pueden ayudar con los efectos secundarios del tratamiento del cáncer, como el dolor crónico, las náuseas y la pérdida de apetito.
- El colon está lleno de receptores de cannabinoides: dirigirse a ellos podría ayudar a reducir la inflamación asociada a los cánceres colorrectales.
Puntos negativos
- No hay ensayos en humanos, por lo que aún no se puede afirmar nada definitivo sobre la eficacia del cannabis para el cáncer colorrectal.
- Hay que tener precaución al combinar el cannabis y la inmunoterapia, ya que el cannabis puede disminuir la eficacia.
- Poca información sobre la combinación del cannabis con otros métodos de tratamiento
Fuerza de la evidencia
Moderada
¿Qué es el cáncer colorrectal?
El cáncer colorrectal (CCR) es un cáncer que comienza en el colon o en el recto. El cáncer de colon comienza en el intestino grueso y a veces se denomina cáncer de intestino, mientras que el cáncer de recto comienza en el conducto posterior (recto). El colon es la parte final del tubo digestivo.
Los signos de advertencia del cáncer colorrectal son la pérdida de peso, la pérdida de apetito, la presencia de sangre en las heces (excrementos), la disminución del calibre (grosor) de las heces, el empeoramiento del estreñimiento, las náuseas y los vómitos. Aproximadamente el 50% de las personas que padecen CCR no manifiestan ningún síntoma alarmante. Aunque los factores genéticos desempeñan un papel en el desarrollo del CCR, el 95% de los casos se dan en personas con poco o ningún riesgo genético.
El CCR se origina en las células epiteliales que recubren el colon o el recto del tracto gastrointestinal (GI). Existen mutaciones en una vía concreta denominada “vía de señalización Wnt”, responsable de la formación del tejido óseo, cardíaco y muscular. Las mutaciones en la vía Wnt están implicadas en el desarrollo del cáncer colorrectal y de mama, el cáncer de próstata, el glioblastoma (cáncer de cerebro o médula espinal) y la diabetes de tipo II.
¿Cómo se trata actualmente el cáncer colorrectal?
A pesar de que el cáncer de colon y el cáncer de recto se agrupan debido a sus síntomas similares y a su composición genética, son diferentes en muchos aspectos. Esto supone una diferencia en los tratamientos ofrecidos, las tasas de supervivencia y quiénes son los afectados.
Cáncer de colon
- La radioterapia se utiliza con menos frecuencia, ya que los intestinos son especialmente sensibles a la radiación.
- Normalmente se prefiere la cirugía a la quimioterapia para el cáncer de colon en estadio 1. La quimioterapia se ofrece con más frecuencia en los estadios 3 o 4 del cáncer de colon.
- Los hombres y las mujeres tienen el mismo riesgo de desarrollar cáncer de colon.
Cáncer de recto
- La radioterapia se recomienda con más frecuencia.
- Hace metástasis más fácilmente.
- Es más frecuente en los hombres.
Similitudes en el tratamiento del cáncer de colon y del cáncer rectal
- Los mismos factores de riesgo – dieta (en particular el consumo de altas cantidades de carne roja y procesada), bajos niveles de actividad física, tabaquismo, alto consumo de alcohol, padecer una EII y la genética.
- Los mismos síntomas – pérdida de peso, pérdida de apetito, sangre en las heces (excrementos), cambios en las deposiciones, náuseas y vómitos.
- Tasas de incidencia
- La composición genética de los dos tipos de cáncer.
- La quimioterapia suele aplicarse en los estadios 3 o 4 del cáncer de colon y recto.
- Pueden recetarse opiáceos para reducir el dolor del cáncer.
El cannabis medicinal y el cáncer colorrectal
Aunque no hay ensayos en humanos, la literatura sugiere que los extractos de cannabis y los “cannabinoides tienen un alto potencial para convertirse en medicamentos prometedores” para el CCR.
No hay ensayos en humanos sobre el uso del cannabis para tratar el CCR, pero el número de estudios de laboratorio y meta-análisis positivos sugiere que el cannabis y los cannabinoides tienen cierta actividad anticancerígena. Hay varias teorías sobre por qué podría ser el caso del CCR específicamente, entre ellas:
- Las enzimas COX-1 y COX-2 están implicadas en la inflamación y el desarrollo del cáncer colorrectal, y los cannabinoides como el THCA pueden inhibir las enzimas COX-2.
- Al activar los receptores CB2, el THC podría reducir la producción de citoquinas proinflamatorias y prevenir el cáncer de colon asociado a la colitis.
- Un estudio que examinó los cannabinoides sintéticos descubrió que pueden ayudar a reducir la viabilidad de las células del CCR, pero no al dirigirse a los receptores cannabinoides. El mismo estudio también examinó los fitocannabinoides como el THC y el CBD, pero se centró en los cannabinoides sintéticos ya que, en este caso, resultaron ser más eficaces para el CCR.
- El cannabis puede ayudar a tratar los efectos secundarios de la radioterapia y la quimioterapia, como la ansiedad, las náuseas, los vómitos y el dolor.
¿Hay alguna información sobre cannabinoides, terpenos y flavonoides específicos para el cáncer colorrectal?
Hay poca información sobre los compuestos específicos del cannabis y sobre los problemas de salud concretos para los que se pueden utilizar. Señalar lo que muestran algunos estudios cuando se trata de cannabinoides, terpenos y flavonoides particulares en relación con el CCR:
- Un estudio sugiere que el cannabigerol (CBG) “demostró una gran capacidad de reducción del volumen tumoral”.
- Un estudio en ratones muestra que el THC previno la inflamación y el desarrollo del cáncer de colon. No hay ensayos en humanos que repliquen estos hallazgos.
- Como se ha señalado anteriormente, el ácido tetrahidrocannabinólico (THCA) también tiene efectos antiinflamatorios.
- Un amplio estudio de observación de pacientes con cáncer que consumieron cannabis durante seis meses “demostró una disminución del número de pacientes con dolor intenso y un menor uso de opioides, mientras que el número de pacientes que informaron de una buena calidad de vida aumentó.” El cannabis y los cannabinoides pueden ser útiles en el tratamiento del dolor del cáncer, pero se necesitan más ensayos clínicos para conocer mejor su eficacia y controlar otras variables.
- Además de lo anterior, el Dronabinol (Marinol) es una forma sintética de THC disponible para tratar las náuseas y los vómitos causados por la quimioterapia y la pérdida de apetito y de peso en pacientes con infección por VIH.
- En estudios de laboratorio, el THC, el THCA, el CBD, el CBDA, el CBG y el CBGA han inhibido la actividad de la enzima ciclooxigenasa (COX).
- Se ha demostrado que el cannabidiol (CBD ) reduce la proliferación de células de cáncer colorrectal en modelos experimentales de cáncer de colon.
- Se están explorando los terpenoides como agentes anticancerígenos.
- El terpeno dietético, lupeol, se dirige a las células del cáncer colorrectal, disminuye su viabilidad e induce la apoptosis.
- El flavonol, quercetina, muestra actividad anticancerígena.
Dosificación del cannabis medicinal y el cáncer colorrectal
No hay información sobre la dosificación del cannabis para el cáncer colorrectal, y algunos informes anecdóticos sugieren que los supositorios podrían ser útiles. Este método de ingestión también evita el hígado, por lo que no se asocia con el efecto psicoactivo que tiene el cannabis consumido por vía oral.
Conclusión
Aunque muchos resultados de laboratorio sugieren que los extractos de cannabis tienen el potencial de prevenir la proliferación de las células del cáncer colorrectal, no existen ensayos clínicos que confirmen estos resultados de laboratorio. Aunque los datos son prometedores, no se pueden dar respuestas definitivas sobre si el cannabis o los cannabinoides específicos pueden utilizarse para tratar el cáncer colorrectal. Se necesitan ensayos en humanos para establecer la eficacia y los protocolos de dosificación.
Nota: la información de este artículo no constituye un consejo médico.