¿Qué es el THC-O?
Artículo escrito por
Dipak HemrajResponsable de Investigación y Educación
El tetrahidrocannabinol-O-acetato (THC-O-acetato, también conocido como THC-O) es un cannabinoide no natural o “semisintético”. Esto significa que es una sustancia química que se encuentra en la naturaleza, pero que se produce artificialmente a partir de un cannabinoide de origen natural, el THC.
El THC-O puede sintetizarse a partir de cualquier planta de cannabis (marihuana o cáñamo, cepas sativa e índica) mediante procesos de laboratorio que implican productos químicos sintéticos altamente tóxicos como el anhídrido acético.
Debido a la popularización relativamente reciente del THC-O, se sabe poco desde el punto de vista científico. Algunos especulan que el THC-O tiene efectos psicodélicos y afirman que es tres veces más potente que el THC normal. El THC-O no está relativamente regulado y se sabe poco sobre su peligrosidad.
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¿Qué es el THC-O?
El acetato de THC-O se produce a partir de la planta de cáñamo mediante un proceso químico relativamente complejo y peligroso.
El proceso comienza con la extracción del CBD del cáñamo en bruto, y a continuación se produce la extracción del THC Delta-8 del CBD. El anhídrido acético químico, comúnmente utilizado para crear drogas, plásticos y explosivos, se añade para hacer el producto final de THC-O.
Sepa más:THC-O vs Delta-8 THC: ¿Cuál es la diferencia?
Los preparados crudos de THC-O pueden tener un aspecto marrón y viscoso, similar al del aceite de motor. No tiene aroma ni sabor, ya que la fabricación del THC-O despoja al cáñamo de sus terpenos y flavonoides. Esta es una de las muchas razones por las que solemos aconsejar a la gente que desconfíe de los cannabinoides sintéticos (CBS).
Cómo afecta el THC-O al organismo
El THC-O es un análogo del THC y, como cannabinoide sintético, se supone que interactúa con los receptores cannabinoides. El THC-O puede tener efectos funcionales diferentes a los del THC, incluyendo propiedades físicas y químicas diferenciales, que aún están por investigar a pesar de la relativa similitud química.
Un detalle conocido sobre el THC-O es que es un profármaco del THC, lo que significa que el propio THC-O es una sustancia inactiva que debe ser metabolizada en su forma activa. Esto ocurre a través de la desacetilación de las enzimas hepáticas que eliminan el grupo acetato (O). Esto provoca un retraso en los efectos del THC-O de 20 a 30 minutos después del consumo.
El THC-O se ingiere en productos comestibles, tinturas y cartuchos de vaporizador como un líquido relativamente espeso. Algunos comparan los efectos del THC-O con dosis más bajas de psicodélicos naturales como la mescalina. Sin embargo, estos efectos no son más que puntos anecdóticos, y es necesario seguir investigando los efectos del THC-O.
Los psicodélicos como la mescalina se dirigen a diferentes sistemas de receptores, en particular, al receptor 5HT2A de la serotonina, por lo que los efectos pueden variar significativamente respecto a lo que algunos han afirmado sobre el THC-O hasta ahora. Algunos han comparado el cannabis con los psicodélicos en sus efectos, pero a menudo se trata de relatos personales y no se aplican necesariamente a los cannabinoides sintéticos o semisintéticos.
Legalidad
El THC-O ha sido el tema de un gran debate legal. El THC-O se extrae de la planta de cáñamo, legal en todos los estados según la Ley Agrícola de 2018, y algunos sugieren que su producción y consumo son legales.
Se ha sugerido que esta ley desempeña un papel en la creciente popularidad de los cannabinoides sintéticos derivados del cáñamo como el THC-O en los estados donde el cannabis es ilegal. Desde este punto de vista, parece que la Farm Bill ha impulsado inadvertidamente la creación de extracciones de cáñamo, a menudo más potentes que sus primos delta-9-THC.
Sin embargo, otros expertos creen que el THC-O es ilegal según la Ley Federal de Análogos de 1986 debido a su similitud estructural con el THC. Esto establece que cualquier sustancia con similitud estructural (análogo estructural) a una sustancia de la Lista 1 estará bajo las mismas leyes que esa sustancia.
El THC está en la Lista 1. Es importante señalar que el CBD y el Delta-8-THC también entrarían en esta ley, por lo que la legalidad del THC-O depende de dónde se trace la línea.
¿Es seguro el uso del THC-O?
El THC-O no está regulado y puede variar mucho si se utilizan reactivos y equipos de baja calidad.
A diferencia de los productos de THC legales y regulados por la FDA, no hay garantía de lo que los consumidores recibirán al comprar productos de THC-O. Pueden tener productos químicos fuertes utilizados en el proceso de creación, agentes diluyentes peligrosos o desconocidos.
Aparte de su naturaleza no regulada, aún no se han investigado los peligros reales del THC-O, por lo que su uso sigue siendo peligroso. Se rumorea que este cannabinoide sintético es tres veces más fuerte que el THC normal, y se presta a resultados negativos que pueden no ser evidentes con el consumo regular de cannabis.
“Así que, entre el peligro inherente del proceso para fabricarlo, la toxicidad potencial del producto y su ilegalidad, tengo que recomendar que la gente se olvide de él. Simplemente no es algo que la gente debería probar”, dijo a HempGrower el doctor Ethan Russo, investigador de cannabis y endocannabinoides.
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Preguntas frecuentes
¿El THC-O es malo para la salud?
Los efectos negativos del THC-O no se han investigado a fondo, y los estudios en animales han mostrado trastornos gastrointestinales, conductuales y respiratorios con la administración intravenosa. Debido a esto y a su posible potencia, se recomienda que los posibles consumidores de THC-O procedan con precaución.
¿Qué se siente al consumir THC-O?
Algunos consumidores informan de experiencias psicodélicas y alucinógenas al consumir THC-O, similares a las de dosis bajas de psilocibina o mescalina. Sin embargo, los efectos aún no se han establecido científicamente.
¿Es legal el THC-O?
El THC-O entra en una zona gris de la ley. Parece legal ya que se deriva del cáñamo en virtud de la Ley Agrícola de 2018. Sin embargo, puede considerarse ilegal en virtud de la Ley Federal Análoga de 1986, en la que cualquier droga análoga (comparable) a una droga de la Lista 1 también se califica como Lista 1.
