Cocinar con cannabis: 10 consejos para ayudar a crear deliciosos comestibles
Artículo escrito por
Shanti RyleCreadora de contenidos
Cocinar con cannabis puede resultar intimidante, pero saber cómo cocinar con hierba resulta rentable tanto para su cartera como para su bienestar.
Elaborar sus productos de cannabis en casa puede ahorrarle dinero y permitirle personalizar tanto las recetas como los efectos deseados, ya sea que esté haciendo snacks más saludables o dulces. Los comestibles caseros también proporcionan la tranquilidad de saber exactamente lo que hay en su producto de cannabis y lo que puede esperar.
Siga leyendo para conocer nuestros diez mejores consejos para cocinar deliciosos comestibles de cannabis.
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1. Utilice flor de alta calidad
Los diferentes cultivares de cannabis tienen efectos diferentes, gracias a la composición genética única de cannabinoides, terpenos y flavonoides (quimiotipo) de cada cepa. Teniendo esto en cuenta, la selección de cogollos de alta calidad -cultivados bien y libres de contaminantes- producirá comestibles y psicoactividad de calidad similar.
Dicho esto, no hay necesidad de arruinarse comprando flores de cannabis caras. Muchos fabricantes de comestibles incluso utilizan batido o recorte en sus recetas y consiguen los resultados deseados.
Sugerimos un punto intermedio: no gaste demasiado en el cannabis que sólo va a cocinar, pero evite seleccionar hierba vieja o de mala calidad; al fin y al cabo, la está ingiriendo. Y el perfil de terpenos de la variedad que elija cambiará si tiene una experiencia más “ascendente” o “descendente”, asociada coloquialmente con los términos “sativa” o “indica”. Las variedades de cannabis con más mirceno pueden ser más sedantes, mientras que las variedades con menos mirceno y más limoneno pueden ser más edificantes.
2. Calcule sus dosis y su potencia
Afortunadamente, un poco de un cogollo da para mucho. Las grasas de su ingrediente base (más adelante se hablará de ello) sólo pueden unirse a un número determinado de cannabinoides. No necesitará más de una taza de flor de cannabis por cada taza de aceite o mantequilla, así que no hay necesidad de echar un paquete entero en su receta. El aceite de coco, en particular, tiene una proporción mucho mayor de grasas saturadas por cantidad, lo que significa que puede absorber aún más cannabinoides de su cogollo de hierba.
Utilizar flores probadas en laboratorio con porcentajes de cannabinoides claramente definidos le permitirá dosificar mejor su receta y planificar el tamaño de las porciones. La dosis recomendada para los principiantes que se inician en los comestibles es de aproximadamente 1 a 5 miligramos de THC. Hagamos las cuentas.
Empiece con 10 gramos de flor de cannabis con un 20% de THC. Esto le da 2.000 miligramos de THC. Por término medio, descarbolixar la hierba es efectivo en un 90%, lo que le deja con 1.800 miligramos. Supondremos que el ingrediente base absorbió alrededor del 60% del THC disponible (1.800 x 0,6), lo que nos deja 1.080 miligramos: suficiente para unas 216 raciones de dosis de 5 miligramos.
Como puede ver, un poco da para mucho. Comprobar dos veces sus cálculos y errar por el lado de la precaución es una de las mejores maneras de evitar experiencias comestibles desagradables. Los comestibles en particular pueden tener efectos psicoactivos e intoxicantes bastante fuertes, incluso con dosis relativamente bajas de THC. Lo mejor es ir despacio y sin prisa cuando se dosifican los comestibles.
3. Descarboxile su cannabis
Al hacer comestibles, no es tan fácil como echar el cogollo en una receta y dar por terminado el proceso. Para activar su cannabis, necesita descarboxilarlo -calentarlo- para transformar el THCA de la planta en THC, el CBDA en CBD, y así sucesivamente.
Todos los cannabinoides de la flor tienen un grupo carboxilo adicional (CO2H). La descarboxilación quema estas cadenas extra y permite que los cannabinoides se unan a los receptores del sistema endocannabinoide.
Para descarboxilar su hierba:
- Extienda uniformemente su flor en una bandeja para hornear
- Caliente el horno a 245 grados Fahrenheit/120 grados Celsius
- Hornee durante 30-40 minutos, volteando los cogollos cada diez minutos
4. No pique demasiado su hierba
Una vez que su hierba esté descarnada, es el momento de infusionar el ingrediente portador de su elección. Muchas recetas comestibles en Internet le dicen que debe moler su hierba ultrafina para infusionar mejor su mantequilla o aceite. No les haga caso.
Picar o moler su hierba en trozos demasiado pequeños hará que sea más difícil eliminar la materia vegetal de su mantequilla de cannabis. En su lugar, rompa su hierba en trozos pequeños y uniformes que sean lo suficientemente grandes como para atraparlos en una estopilla o colador.
5. Seleccione su ingrediente de infusión
Puede optar por la mantequilla de cannabis o el aceite infusionado, dependiendo de su receta. La elaboración de cada tipo de ingrediente infusionado es más o menos igual, así que realmente depende de sus preferencias de gusto y del tipo de recetas que quiera hacer.
Por ejemplo, puede querer hacer mantequilla de cannabis para derretir sobre las palomitas de maíz, aceite de oliva infusionado para las ensaladas, o aceite de coco para hacer una receta de brownie sin lácteos. Las posibilidades son infinitas, pero un ingrediente infusionado puede funcionar mejor para una receta que otro.
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6. Colar cualquier materia vegetal
Después de infusionar su mantequilla o aceite, querrá deshacerse de cualquier materia vegetal, ya que esto puede ayudar a mejorar el sabor y la vida útil de su mantequilla o aceite. La estopilla es una excelente opción para colar, ya que permite que el aceite pase a través de ella mientras deja atrás la yema sobrante.
No apriete la estopilla para obtener hasta la última gota de aceite. Deje que la gravedad haga lo suyo, o puede empujar demasiada material vegetal en el producto final y arriesgarse a que queden trozos de cannabis en su receta.
7. Mezcle bien
Un error común al hacer comestibles es no distribuir adecuadamente el ingrediente infundido en toda la receta. Puede ser arriesgado no mezclar bien, ya que algunas partes del alimento pueden tener dosis de THC mucho más altas que otras, lo que podría dar lugar a una sorpresa desagradable por exceso de potencia.
Es importante mezclar bien y remover todo lo posible durante el proceso de cocción u horneado para que la dosis sea consistente en cada porción del producto final.
8. No caliente a más de 340 grados Fahrenheit.
El THC y otras sustancias químicas del cannabis comienzan a degradarse a temperaturas que superan los 350 grados Fahrenheit, haciendo que sus comestibles sean menos potentes de lo esperado. Es mejor evitar las recetas que requieran más calor u optar por añadir su ingrediente infundido más tarde en el proceso.
Asegúrese de vigilar la temperatura del horno mientras se cocina. Sugerimos apuntar a unos 338 grados Fahrenheit/170 grados Celsius para mantenerse seguro y evitar quemar cualquier cannabinoide.
9. Confíe en sus papilas gustativas
Ya sea que esté haciendo comestibles para usted o para otros, el sabor es importante – nadie quiere comer algo que sabe mal o a hierba. El sabor es donde hacer comestibles es más arte que ciencia: nunca es demasiado tarde para añadir un poco más de condimento u otros ingredientes para enmascarar el sabor.
También puede valer la pena probar un pequeño trozo del producto terminado y esperar una hora para observar sus efectos antes de separar la receta en porciones.
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10. Almacene y etiquete sus comestibles adecuadamente
Una vez que su receta esté completa, es esencial que la almacene y etiquete adecuadamente. Los brownies pueden tener más sentido en un recipiente sellado en el refrigerador para prolongar su vida útil, mientras que el aceite infundido con cannabis debería estar bien en un estante de la despensa.
Sin embargo, etiquetar su creación es de suma importancia. Mantenga sus comestibles fuera del alcance de los niños, los animales o los adultos desprevenidos que no sepan que hay cannabis en su aperitivo casero.
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